La verdadera educación empresarial no es un “chijí, chijá”
“Soy de las personas que piensa que cuando prefieres el “chijí, chijá” por encima de otros aspectos que son más esenciales para echar una idea de negocio o un negocio en sí hacia adelante las cosas te van a salir bien mal”. Lcdo. Rubén Ayala, LL.M. para la Redacción del Centro de Asistencia Empresarial

Del “chijí, chijá”
Chijí, chijá, chijá, já, já.
El Centro de Asistencia Empresarial
¡ARRIBA VA!
Creo que lo que acabas de leer te sonó algo familiar, y que, incluso, te hizo pensar que eso es lo que ahora mismo necesitas en tu vida para animarte y tomar una acción concreta que te lleve a tu meta en cuanto a los negocios. Por esto, no te puedo juzgar. Sin embargo, ¡CUIDADO! Recuerda que la lógica tiene sus reservas con la fanfarrea desmedida del “chijí, chijá…”.
Por aquí la explicación
No sé si coincidas conmigo, pero ser “bueno” en una profesión u ocupación no es suficiente para emprender un negocio, o, en su lugar, mantener la estabilidad de uno existente o provocar su crecimiento. Cuando uno tiene entre manos la idea de establecer un negocio o seguir hacia adelante con el que ya se tiene es necesario conocer y dominar el ecosistema empresarial. En otras palabras, es necesario ser estilista, pero también ser empresario; ser médico, pero también empresario; ser barista, pero también empresario. En resumidas cuentas, seguir siendo lo que se era a la vez que se asume un nuevo rol para efectos del negocio.
Qué sucede, que, en el mundo real, la mayoría de las personas no logran adoptar este rol dual; cosa que provoca el que esa idea de negocio se quede suspendida en el aire o que las operaciones del negocio duren menos de lo que a su propietario le tomó el establecerlo. Así que, cuando me di cuenta de esto, ya hace varios años, comencé a educar a las personas a través de Educación PyME —una empresa que en su origen surgió de PermisosComerciales.com (ahora Centro de Asistencia Empresarial)— sobre cómo crear correctamente un negocio y cómo convertirse en empresarios de alto rendimiento; no solo con el propósito de que el empresario realizara todas las actividades relacionadas con su negocio, sino también para que, en caso de que alguien más las realizara por él, este contara con el conocimiento necesario sobre el servicio recibido. Y por qué, porque, aún cuando el empresario delegue determinadas actividades en otras personas, este seguirá siendo el responsable absoluto de todo lo que ocurra con relación a su negocio.
Como les ocurre a muchos, en mis tiempos, cuando me inicié en el mundo empresarial, no tuve la oportunidad de recibir una educación empresarial que me capacitara y me preparara para establecer un negocio paso a paso, y en cumplimiento con la ley; a pesar de haber completado un bachillerato en Administración de Empresas. En mi caso, esto es lo más cómico de todo; aunque también lo más preocupante porque por medio de Educación PyME y sus participantes he podido constatar que mi experiencia no es muy diferente de las de otros que también se formaron en el mismo campo de estudio. ¿Tú sabes lo que es que un estudiante graduado de un programa de estudio como ese no sepa hacer un plan de negocio? Si una persona con una formación académica como esa termina estudios universitarios sin saber cómo elaborar un documento como este, entonces, quién sabe hacerlo. Cuestiones como estas son las que me hacen pensar que entre la teoría de la academia y la práctica laboral hay un grave desfase.
Pero, como te dije, eso que te estaba contando era en mis tiempos. La realidad es que para ese entonces los recursos eran un poco limitados y el emprendimiento empresarial no era la orden del día. Ahora no, ahora hay un “boom”. Ahora existe una variedad bastante amplia de programas que “educan” sobre negocios; y digo educan entre comillas porque, más que educación empresarial, un gran número de estos van más dirigidos a estimular el aspecto motivacional de la cuestión. Ese que tiene que ver con el “chijí, chijá”, y no es que esté mal. La motivación es un factor determinante para alcanzar cualquier tipo de meta, pero te has preguntado qué sucede cuando por efecto de esa motivación una persona se lanza a vender su producto o servicio sin antes haber planificado o estructurado su negocio. Precisamente, por aquí es que viene mi problema con el famoso “chijí, chijá”.
Déjame ver cómo me explico… Soy de las personas que piensa que cuando prefieres el “chijí, chijá” por encima de otros aspectos que son más esenciales para echar una idea de negocio o un negocio en sí hacia adelante las cosas te van a salir bien mal. A qué me refiero con esto, déjame darte un breve ejemplo: Cuando hablamos de establecer un negocio, lo primero en lo que las personas suelen pensar es en ir a registrar una entidad legal. ¿Es correcto hacer este trámite de entrada? Por supuesto que no. Como todo en la vida, en el desarrollo de un negocio, hay pasos por seguir. Esta es mi cantaleta diaria con los clientes. No importa si ya se cuenta con un negocio o no, las cosas hay que hacerlas de manera correcta de la primera; sobre todo para evitar errores que les salgan caros al bolsillo.
Cinco puntos importantes acerca de la educación empresarial en los negocios
Desde mi punto de vista, hay cinco puntos importantes que cualquier persona interesada en impulsar un negocio debe tomar en cuenta respecto a la educación empresarial, no importa en la etapa del proceso en la que este se encuentre.
1. Hay una alta probabilidad de que tu negocio no fracase educándote. La educación empresarial provee una base sólida en torno a la cual puedes desarrollar y hacer crecer tu negocio.
2. Con la educación empresarial evitas problemas legales, porque esta te da la oportunidad de conocer las regulaciones que les aplican a tu negocio y cómo cumplir con ellas conforme con la ley.
3. La educación empresarial te permite ahorrar tiempo y dinero al dotarte de la capacidad de discernir entre un buen y mal servicio cuando lo necesitas; así como de su calidad, costo y otros atributos.
4. Tu seguridad y confianza incrementa cuando estás debidamente capacitado para crear, desarrollar y establecer un negocio; lo cual te permite alcanzar tus objetivos de negocio y hacerlo crecer hasta alcanzar su máximo potencial.
5. La educación empresarial te provee el conocimiento que necesitas para tomar decisiones críticas de manera informada.
Una cosa debe quedar clara
En lo personal me encanta hacer alboroto con el “chijí, chijá”, no me mal entiendas. La verdad es que el que me conoce sabe que no soy un perfecto gruñón, pero si algo he aprendido a lo largo de todos estos años es que las cosas deben ser como necesitan ser y darse para obtener los resultados que tanto deseamos. Educarte antes de emprender un negocio o tomar decisiones importantes respecto a este es lo más responsable que puedes hacer como empresario para evitar el fracaso que de lo contrario sería inminente. Créeme cuando te digo que la verdadera educación empresarial es la única que se va a ocupar de dirigirte por el camino que debes transitar para crear, desarrollar, establecer y hacer crecer tu negocio sin obstáculos mayores en el proceso.
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¡Hasta la próxima!